viernes, 5 de agosto de 2016
miércoles, 3 de agosto de 2016
lunes, 1 de agosto de 2016
Maravillosa definición de Prudencia
La prudencia es una virtud de la razón, no especulativa,
sino práctica: la cual es un juicio, pero ordenado a una acción concreta.
La prudencia nos ayuda a reflexionar y a considerar los
efectos que pueden producir nuestras palabras y acciones, teniendo como
resultado un actuar correcto en cualquier circunstancia. La prudencia en su
forma operativa es un puntal para actuar con mayor conciencia frente a las
situaciones ordinarias de la vida.
La prudencia es la virtud que permite abrir la puerta para
la realización de las otras virtudes y las encamina hacia el fin del ser
humano, hacia su progreso interior.
La prudencia es tan discreta que pasa inadvertida ante
nuestros ojos. Nos admiramos de las personas que habitualmente toman decisiones
acertadas, dando la impresión de jamás equivocarse; sacan adelante y con éxito
todo lo que se proponen; conservan la calma aún en las situaciones más
difíciles, percibimos su comprensión hacia todas las personas y jamás ofenden o
pierden la compostura. Así es la prudencia, decidida, activa, emprendedora y
comprensiva.
El valor de la prudencia no se forja a través de una apariencia,
sino por la manera en que nos conducimos ordinariamente. Posiblemente lo que
más trabajo nos cuesta es reflexionar y conservar la calma en toda
circunstancia, la gran mayoría de nuestros desaciertos en la toma de
decisiones, en el trato con las personas o formar opinión, se deriva de la
precipitación, la emoción, el mal humor, una percepción equivocada de la
realidad o la falta de una completa y adecuada información.
La falta de prudencia siempre tendrá consecuencias a todos
los niveles, personal y colectivo, según sea el caso. Es importante tomar en
cuenta que todas nuestras acciones estén encaminadas a salvaguardar la
integridad de los demás en primera instancia, como símbolo del respeto que
debemos a todos los seres humanos.
El ser prudente no significa tener la certeza de no
equivocarse, por el contrario, la persona prudente muchas veces ha errado, pero
ha tenido la habilidad de reconocer sus fallos y limitaciones aprendiendo de
ellos. Sabe rectificar, pedir perdón y solicitar consejo.
La prudencia nos hace tener un trato justo y lleno de
generosidad hacia los demás, edifica una personalidad recia, segura,
perseverante, capaz de comprometerse en todo y con todos, generando confianza y
estabilidad en quienes nos rodean, seguros de tener a un guía que los conduce
por un camino seguro.
Como alcanzarla:
· El recuerdo
de la experiencia pasada: Si una persona no sabe reflexionar sobre lo que le ha
sucedido a él y a los demás, no podrá aprender a vivir. De esta manera la
historia se transforma en maestra de la vida.
· Inteligencia
del estado presente de las cosas: El obrar prudente es el resultado de un
“comprender” mirando la comprensión como la total responsabilidad, como el
verdadero amor que libera de las pasiones para llegar al final de la vocación
humana “el conocimiento”.
·
Discernimiento al confrontar un hecho con el otro, una determinación con
la otra. Descubrir en cada opción las desventajas y las ventajas que ofrecen
para poder llegar a realizar una buena elección.
· Asumir
con humildad nuestras limitaciones,
recurrir al consejo de todas aquellas personas que puedan aportarnos algo de
luz.
·
Circunspección para confrontar las circunstancias. Esto sería que alguna
acción mirada y tomada independientemente puede llegar a ser muy buena y
conveniente, pero viéndola desde dentro de un plan de vida, de un proyecto de
progreso personal, se vuelve mala o inoportuna.
La experiencia es, sin lugar a dudas, un factor importante
para actuar y tomar las mejores decisiones. Aprender o no es nuestra opción.
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