En una conversación de esas
que te sacuden el espíritu, me dijeron
que de nada sirve defender mi costalito de experiencias desagradables, y que
debía esforzarme en dejar de hablar de ello pues es darle una importancia que
ya no tiene, pues en lugar de estar creando nuevas y mejores experiencias
justificando el porqué de ciertas actitudes que tengo, lo único que hago es seguir viviendo de los recuerdos que me
causaron dolor... y me quede sorprendida!
jueves, 25 de julio de 2013
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