Son las leyes de la física y
el tiempo no se pone en mi lugar.
Ya es un clásico, perdí el
salvoconducto y ahora espero al emisario... que nunca llegará.
Por mucho que vuelvo no encuentro mis recuerdos, los busco, los sueño; lo propio ya es ajeno.
Cayeron los bordes y el vaso ya está lleno.
Y ahora sólo intento vaciar, sólo necesito despegar.
Fue tan largo el duelo que al final casi lo confundo con mi hogar!!!
Besos y un abrazo Nadia.
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