La moral y la nueva
doble moral (primera parte)
Alguna vez me invitaron a una corrida de toros, no acepte,
no me gusta la tauromaquia y no pienso que sea un arte. Sin embargo, la mayor
razón de que no asistiera fue a causa de mi temor a que se me condenara por
ello. Ya saben, uno está en un lugar, alguien toma una foto, la sube a una red
social y de seguro me lloverían críticas duras, comentarios tácitos y, otros
más intensos, hasta me la mentarían y me dirían que les he decepcionado.
Hay
cosas que en el mundo han cambiado. Temas como los derechos de las mujeres, la
homosexualidad (y todas las formas de vivir la sexualidad), el racismo o la
defensa de la vida animal, son hoy en día nichos de lucha activos. Muchos
pelean desde lo público para ser y existir lejos de las sombras y con libertad.
Otros apoyan a los primeros y creen en la defensa de sus derechos o creen en
defender a quienes son seres vivos sin voz para defenderse. Aún hoy las heridas
están abiertas, como consecuencia, cualquier opinión puede crear una explosión.
(Continua)
La moral y la nueva
doble moral (segunda parte)
Estamos en la época de la “nueva doble moral”. Donde nadie
puede decir que le caen mal las personas homosexuales pues ¿cómo es posible una
actitud así? Donde nadie puede decir que ama la tauromaquia porque se le
cataloga de salvaje, idiota, etc. Una nueva era en el cual, si alguien dice que
no le son gratos los inmigrantes en su país, es atacado y acusado de xenófobo,
es decir, se diagnostica y se etiqueta. Dentro de ello se descalifica pues
¡¿cómo es posible que alguien piense de esta forma en pleno siglo XXI?!
Aceptación, inclusión, equidad y respeto. Son palabras que
para mí representan los ideales que hoy se buscan en el mundo. Son la
pretensión de lo que lo políticamente correcto busca, pero que, a la vez,
distorsiona. Por lo tanto, en la nueva doble moral también existe la
incongruencia y la rigidez. La incongruencia se origina cuando las visiones que
son diferentes a estos nuevos ideales sociales mundiales aparecen. Como querer
que se acepten a todas las personas con una forma diferente de vivir su
sexualidad, pero rechazar a todo aquel que no piense esto y atacarlo para que
se calle, que su opinión se deje de escuchar hasta que se desaparezca.
(Continua)
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