En esta contundente y novedosa interpretación de la historia
de la civilización, Jeremy Rifkin, autor de numerosos best-sellers, analiza la
evolución de la empatía, una capacidad que ha ejercido una poderosa influencia
en nuestro desarrollo y que, probablemente, determinará nuestro futuro como
especie. La civilización empática plantea la visión radicalmente nueva de la
naturaleza humana que están poniendo de manifiesto la biología y las ciencias
cognitivas, y que es motivo de controversia entre los círculos intelectuales,
la comunidad empresarial y las esferas gubernamentales. Los descubrimientos
recientes en el ámbito de las neurociencias y en el del desarrollo infantil nos
obligan a cuestionar la creencia, tan arraigada, según la cual los seres
humanos son agresivos, materialistas, utilitaristas y egoístas por naturaleza.
Ahora, por el contrario, empezamos a darnos cuenta de que somos una especie
fundamentalmente empática, y ello tiene unas implicaciones profundas y de largo
alcance para la sociedad. A partir de esta nueva visión de la especie humana,
Rifkin nos conduce a través de una historia jamás contada. El autor nos relata
la espectacular historia del desarrollo de la empatía humana, desde el
surgimiento de las primeras grandes civilizaciones teológicas hasta la etapa
ideológica que imperó en los siglos XVIII y XIX, así como la era psicológica
que caracterizó buena parte del siglo XX. Rikfin analiza la historia económica
desde una perspectiva empática, descubriendo nuevos y ricos hilos argumentales
antes ocultos. El resultado de todo ello es La civilización empática, un nuevo
entramado social tejido a partir de una amplia gama de disciplinas, desde la
literatura y las artes, la teología, la filosofía, la antropología, la ciencia
política, la psicología y la teoría de la comunicación. El autor sostiene que
en el núcleo mismo de la historia humana encontramos la paradójica relación
entre empatía y entropía, y argumenta que, en distintos momentos de la
historia, han surgido nuevos régimenes energéticos que han convergido con
nuevas revoluciones en las comunicaciones, creando sociedades aún más
complejas. A su vez, las culturas tecnológicamente más avanzadas han congregado
a personas muy diversas, aumentado la sensibilidad empática y ensanchado los
límites de la conciencia humana. Pero estos entornos cada vez más complejos
exigen enormes recursos energéticos, lo cual nos aboca a un cada vez más
cercano agotamiento de los recursos. La paradoja estriba en que el desarrollo
de nuestra conciencia empática es fruto del consumo exacerbado de los recursos
energéticos y naturales de la Tierra, lo cual ha perjudicado gravemente la
salud del planeta. A partir de todo ello, Rifkin nos invita a reflexionar sobre
la que podría ser la pregunta más importante que la humanidad pueda plantearse:
¿Estamos a tiempo de alcanzar la empatía global necesaria para evitar el
desmoronamiento de la civilización y salvar la Tierra?
sábado, 7 de diciembre de 2013
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