Si la rueda y el rosetón son modelos del universo,deben albergar las mismas cifras y relaciones numéricas que la Creación.Para empezar,consideremos los números y su significado:
El 1 corresponde a la unidad,a lo que todavía no se ha manifestado, al Ser Supremo, a Dios.
El 2, obviamente, es el número de la polaridad, de los contrarios;por tanto, representa el mundo en que vivimos (y al Diablo,en consecuencia).
El 3 en cambio vuelve a representar un aspecto armonioso de la Creación,la divinidad,pero en el plano de lo manifiesto;de ahí que conozcamos una trinidad (Padre,Hijo y Espiritu Santo), o los tres Reyes Magos,lo mismo que los hindúes conocen la Trimurti o trinidad formada por Brahma,Vishnú y Shiva y que guarda analogía con los tres guna o fuerzas fundamentales de esta Creación,las cuales a su vez corresponden a los tres vectores fundamentales que según nuestros científicos componen las fuerzas básicas del Universo y sus acciones.Tambíen los tres colores primarios simbolizan este estado de cosas,mientras que el blanco representa lo uno;desde el punto de vista geométrico vemos en el triángulo la figura que expresa cómo el tres trasciende al dos.
El 4 es el número de la cruz con sus cuatro terminaciones , cuatro puntos cardinales,definida por las dos barras de la polaridad.La cruz y el cuadrado son símbolos de la materia y,por consiguiente,de nuestro mundo.Ésa es la cruz que debemos cargar sobre nosotros,como Cristo cargó con la suya al descender de la unidad (1) al mundo (4) estableciendo el vínculo entre ambos,y por eso se dice que lo representa el número 5.
El 5 es el número del hombre, como nos indicaba la estrella de cinco puntas trazada en el mandala-hombre,y tambén el de Cristo bajo su aspecto humano,con las cinco llagas de la crusifixión.De la estrella de cinco puntas ceñida en piedra resultó el arco ojival de la arquitectura gótica.
En el 6 hallamos de nuevo un símbolo de la polaridad,pero en un plano mucho más desarrollado.Recordemos lo dos triángulos entrelazados de la estrella de David,el uno rojo,el otro azul,que se interpenetran para representar el microcosmos y el macrocosmos.En este plano hallamos la correspondencia con los seis colores del arcoirirs,con el hombre y la mujer como seres de polaridad contrapuesta y con la sexualidad como manifestación de la capacidad procreadora de los humanos. El 6 representa asimismo el equilibrio entre las fuerzas,como nos lo enseña la estrella de seis puntas.
El 7 es otra de las expresiones de la armonía;representa la totalidad,aunque en un plano claramente material.Así Dios hizo toda la creación en siete días,una semana completa.Son en número de los siete planetas clásicos,las ártes liberales,las virtudes (tema muy reiterado en los rosetones) y las edades del hombre.En la antiguedad el 7 revestía significado místico.
En este sentido el 8 continúa el desarrollo del 4.Sobre el mundo tetramorfo con sus cuatro puntos cardinales y cuatro ríos del Paraíso soplan los ocho vientos(que son los mismos que sigue utilizando la meteorología actual)El ocho puesto horizontalmente en figura de lemniscata representa el infinito y por tanto es también un símbolo de eterno retorno.No es casual la coincidencia de significados de la lemniscata entre los esotéricos(por ejemplo,sobre la cabeza del mago en el primer arcano de Tarot) y los matemáticos.
Con el 9 termina este primer ciclo de los números y éste es uno de los perfectos;con el 10 comienza un nuevo orden.En la numerología el 10 guarda relación con el uno y el comienzo;desde el punto de vista puramente gráfico es un uno seguido de un cero, y en ese cero vemos tal vez el punto primigenio de donde procede el espacio.
El nuevo comienzo representado por el 10 también puede considerarse de otra manera.Al contemplar valores simbólicos,el esoterismo reduce los números grandes sumando los guarismos que los componen (ésta es la llamada suma teosófica);de esta manera resulta que 10 es 1+0= 1; 11= 1+1=2; 12= 1+2=3; 13= 1+3=4 y así puede usted ver que,en efecto,el ciclo vuelve a comenzar; continuando con los ejemplos 18= 1+8= 9 y 40 se reduce a 4. Las 52 semanas del año se reducen a 7, el número de días de la semana. Y los 12 apóstoles remitena la expresión, en el plano material,del Dios trino y uno.Por otra parte, el 12 reviste un significado especial de prefección, que nos lleva a recordar las 12 tribus de Israel,los 12 signos del Zodiaco y los 12 meses del año.
Por consiguiente ,cuando se construye un rosetón con arreglo a una pauta de división en 6 o 12 (equivalente al 3),24 (al 6) o 48 (al 3),vemos que la idea subyacente siempre es la misma.Los rosetones y más a menudo los mandalas hindúes y tibetanos utilizan con mucha asiduidad sistemas numéricos con divisor 3 o 4 y sus series correspondientes.Recordemos que el 4 representa el cuandrado como expresión del mundo material y el 3 ,la trinidad o el triángulo que simboliza la divinidad ( de ahí la frecuente representación del ojo de Dios dentro de un triángulo,como ya se ha dicho).Al reunir ambos planos en un solo símbolo resulta el número místico 7.
***Mandalas cómo encontrar lo divino en ti***
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