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viernes, 1 de abril de 2011

Los epicúreos (EL MUNDO DE SOFIA p.161-164)

Como ya hemos visto, a Sócrates le interesaba ver cómo los seres
humanos podían vivir una vida feliz. Tanto los cínicos como los
estoicos le interpretaron en el sentido de que el ser humano
debería librarse de todo lujo material. Pero Sócrates también
tenía un alumno, que se llamaba Arístipo, que pensaba que la
meta de la vida debería ser conseguir el máximo placer sensual.
«El mayor bien es el deseo», dijo, «el mayor mal es el dolor». De
esta manera, quiso desarrollar un arte de vivir que consistía en
evitar toda clase de dolor. (La meta de los cínicos y estoicos era
aguantar toda clase de dolor, lo cual es muy diferente a centrar
todos los esfuerzos en evitar el dolor.)
Epicuro(341-270 a. de C.) fundó alrededor del año 300 una
escuela filosófica en Atenas (la escuela de los epicúreos).
Desarrolló la ética del placer de Arístipo y la combinó con la
teoría atomista de Demócrito.
Se dice que los epicúreos se reunían en un jardín, razón por la
cual se les llamaba «los filósofos del Jardín».
Se dice que sobre la entrada al jardín colgaba una inscripción con
las palabras «Forastero, aquí estarás bien. Aquí el placer es el
bien primero».
Epicuro decía que era importante que el resultado placentero de
una acción fuera evaluado siempre con sus posibles efectos
secundarios. Si alguna vez te has puesto mala por haber comido
demasiado chocolate, entenderás lo que quiero decir. Si no, te
propongo el siguiente ejercicio: coge tus ahorros y compra
chocolate por valor de 200 coronas (4000 Pts.) (suponiendo que
te guste el chocolate). Es muy importante para el ejercicio que te
comas todo el chocolate de una sola vez. Aproximadamente
media hora más tarde entenderás lo que Epicuro quería decir con
«efectos secundarios».
Epicuro también decía que un resultado placentero a corto plazo
tiene que evaluarse frente a la posibilidad de un placer mayor,
más duradero o más intenso a más largo plazo. (Por ejemplo si
decides no comer chocolate durante un año entero porque eliges
ahorrar todo tu dinero para comprar una bici nueva o para unas
carísimas vacaciones en el extranjero.) Al contrario que los
animales, los seres humanos tienen la posibilidad de planificar
su vida. Tienen la capacidad de realizar un «cálculo de placeres».
Un chocolate delicioso es, evidentemente, un valor en sí, pero
también lo son la bicicleta y el viaje a Inglaterra.
No obstante, Epicuro señaló que el «placer» no tenía que ser
necesariamente un placer sensual, como, por ejemplo, comer
chocolate. También pertenecen a esta categoría valores tales
como la amistad y la contemplación del arte. Condiciones previas
para poder disfrutar de la vida eran los viejos ideales griegos
tales como el autodominio, la moderación y el sosiego, pues hay
que frenar el deseo. De esta manera también la calma nos
ayudará a soportar el dolor.
Personas con angustia religiosa buscaban a menudo ayuda en el
jardín de Epicuro. En este aspecto, la teoría atomista de
Demócrito fue un recurso contra la religión y la superstición.
Para vivir una vida feliz es muy importante superar el miedo a la
muerte. Para esta cuestión, Epicuro se apoyó en la formulación
de Demócrito de los «átomos del alma». A lo mejor te acuerdas
de que él pensaba que no había ninguna vida después de la
muerte, porque todos los átomos del alma vuelan hacia todas
partes cuando morimos.
“La muerte no nos concierne”, dijo Epicuro, así de simple. «Pues,
mientras existimos, la muerte no está presente. Y cuando llega la
muerte nosotros ya no existimos.” (Mirado así, nadie se ha
puesto nunca triste por estar muerto.)
El mismo Epicuro resumió su filosofía liberadora en lo que llamó
las «cuatro hierbas curativas»:
A los dioses no hay que temerlos. La muerte no es algo de lo que
haya que preocuparse. Es fácil conseguir lo bueno. Lo terrible es
fácil de soportar.
No constituía ninguna novedad en la cultura griega comparar la
misión de la filosofía con el arte médico. Aquí nos encontramos
con la idea de que el ser humano se tiene que equipar con un
“botiquín de filosofía” que contenga cuatro medicinas
importantes.
Al contrario que los estoicos, los epicúreos muestran poco
interés por la política y la vida social. «¡Vive en secreto!»,
aconsejaba Epicuro. Quizás pudiéramos comparar su «jardín»
con las comunas de nuestro tiempo. También en estos días hay
mucha gente que ha buscado un refugio dentro de la gran
sociedad.
Después de Epicuro muchos epicúreos evolucionan en dirección
a una obsesión por el placer. La consigna fue:«Vive el momento».
La palabra «epicúreo» se utiliza hoy en el
sentido despectivo de vividor.

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